ELECAUSTRO

Cargando

Manos de mujeres trabajadoras reverdecen los campos

Manos de mujeres trabajadoras reverdecen los campos

Los cultivos limpios y el cuidado del medio ambiente no pueden estar en mejores manos; en las de miles de mujeres que en Cuenca a diario trabajan desde muy temprano en las parroquias rurales para obtener productos saludables que alimentan a sus familias y a los cuencanos.

Hoy 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es justo reconocer a las emprendedoras, a las incansables; aquellas que buscan en los proyectos comunitarios la oportunidad para superarse y crecer gracias a la experiencia de trabajar por años la tierra y de criar animales.

Blanca Morocho, en la parroquia Baños es una de ellas, hace dos años junto a sus vecinas y amigas formó una asociación dedicada a la cría de cuyes; hoy con el apoyo del GAD Parroquial y la Empresa ElecAustro, recibe capacitación para mejorar la calidad de los animales en base a un adecuado cuidado y una correcta alimentación.

“Iniciamos vendiendo a amigos y conocidos, hoy tenemos una página en Facebook y entregamos a domicilio cuyes asados a muy buen precio, esto representa ingresos para nuestras familias, nuestro trabajo es valorado y lo más importantes… estamos muy orgullosas de tener un negocio propio”, señala Morocho. 

Como ocurre en Baños, proyectos similares se replican en parroquias como San Joaquín, Chaucha, Checa o Chiquintad, lugares en los que mujeres iniciaron cultivos con productos propios de la zona o la crianza de animales menores.

Dar ese primer paso es lo más difícil, por lo que la responsabilidad de ElecAustro, como empresa, es apoyar con ese impulso que constituya la semilla de inicio del proyecto que mejorará la vida de una mujer, de su familia y de su comunidad, indicó Antonio Borrero, Gerente de ElecAustro, empresa que financia proyectos agropecuarios en diferentes parroquias de Cuenca.

Y esta semilla ha encontrado tierra fértil, porque fue sembrada y cultivada por las manos de mujeres valientes, trabajadoras, como las de Rosa Suquilanda, quien todos los domingos vende sus productos en la feria de Chiquintad.  “El mejor homenaje a una mujer es brindarle oportunidades; nosotros somos fuertes y sabemos trabajar, el campo es nuestro hogar y nos llena de orgullo que lo que cultivamos esté en las mesas de los ciudadanos”.